domingo, 12 de noviembre de 2017

Los periodistas despedidos no deberían decir "gracias"?



Dejando de lado la hipocresía de quienes hacían escraches públicos contra periodistas de Clarín fomentados por el propio gobierno kirchnerista, todos sabemos que el auge de medios de comunicación en la década ganada no se trató de ampliar voces a quiénes el mercado deja afuera por lógica de oferta y demanda sino una manera de hacer negocios con fondos públicos generando contenidos que nunca tuvieron audiencias. Incluso destruyeron audiencias como el caso emblemático de Radio 10 que pasó de ser la radio más escuchada del país a una radio en quiebra. 



El modelo era insostenible en el tiempo, incluso aunque ganara Scioli o la misma Cristina se quedara para siempre. La plata del estado no es infinita por más que le des a la máquina Budú de hacer billetes. Tarde o temprano una industria ficticia que no tiene mercado va a caer. 

Exactamente lo mismo se puede decir del "negocio" del cine y la TV financiado por el ministerio de planificación del ahora presidiario Julio El Cartero De Vido, pero es otro tema que tuve la suerte de conocer en primera persona y no quiero desviar la atención de estas palabras políticamente incorrectas. 

Porque decir "me solidarizo con todos los compañeros despedidos" es fácil y te hace quedar bien pero tal vez lo correcto y la realidad van por caminos separados. 

Los compañeros que ahora se quedaron sin trabajo porque cerraron sus medios que no tenían audiencias y cuyos dueños kirchneristas estafaron al punto de dejar de pagarles sus sueldos no deberían, en lugar de protestar, salir a decir: "gracias por los años en que me regalaron el trabajo"?

Suena feo pero no entiendo en qué momento ganaron el derecho a que el estado les financie su trabajo. A mí, ya la  mayoría de los argentinos no nos sucede ni nos sucedió ni nos sucederá. 

Qué deben hacer ahora? Tirar curriculums, llamar a amigos, pensar en digital, estudiar y capacitarse sobre nuevos hábitos de consumo, ser creativos, sufrir, poner mucha cabeza y mucha garra para conseguir un trabajo nuevo o crear su propia oportunidad. Seguramente si hacen eso consigan algo. 

Como nos pasa a todos. 


lunes, 20 de febrero de 2017

Imperdible entrevista a fondo a @Ziberial



Por @sershus

Conozco a Nicolás @ziberial por Twitter, como tantos otros. Lo primero que me llamó la atención fue que usaba de avatar una foto de Carlos Saúl Menem en una Argentina en que el Menemismo era mala palabra. Eso me pareció provocador, políticamente incorrecto. Con los años muchos empezaron a atreverse a hablar de Menem, incluso a reivindicarlo. Se atrevieron a cuestionar la política de Derechos Humanos del Kirchnerismo, se atrevieron a hablar de ajuste, se atrevieron a hablar de tabúes que el Kirchnerismo, en una gran y eficiente batalla impuso en la sociedad. Ziberial lo había hecho mucho antes, cuando pocos se animaban.

Siempre me pareció un personaje interesante, además de una buena persona (tuve la suerte de tratar con él algunas cosas personales), más allá de estar de acuerdo o no con sus pensamientos, tuits e ideas.

Pero lo que más me llamó la atención de @Ziberial es la influencia que puede ejercer en sus seguidores de Twitter. Habiendo tratado con "influencers" con millones de seguidores que cobran y no mueven el avispero, @Zibierial, sin cobrar un peso, le puede pedir a sus followers que se tiren al río, y varios de ellos lo harán. No conocí a nadie con ese poder en mis muchos años en Twitter.
Así que siempre tuve la idea de preguntarle más, saber más. irme a Miami está complicado, así que le propuse entrevistarlo y él aceptó. Conversamos sobre todos los temás y quedé con la sensación de que fue poco.

Esta es una entrevista a fondo a Nicolás de la Plaza aka @ziberial. No importa si sos Kirchnerista, Macrista, Estalinista o Libertario. Mientras no seas pelotudo, creo que la vas a disfrutar.

ADIÓS A ARGENTINA

Sershus: dónde naciste? qué estudiaste y por qué y cuándo te fuiste de Argentina?

Ziberial: Nací en Oakland, California, mi padre estaba haciendo un Master en Berkeley, mi padre es de Mar del Plata y mi madre de Venado Tuerto. Después estudié Derecho en la UBA y trabajé siete años de abogado en un estudio propio.
Decidí irme en el 2011, como varios un poco harto de la vida en Argentina en el sentido económico, me di cuenta como abogado que si no tranzaba con ciertas cosas era imposible mejorar el nivel de vida. Y mejorarlo implicaba dentro de mi profesión de abogado hacer cosas que con ventajas y desventajas las tengo inculcadas en las que definen básicamente una moral que no quise romper y no romperlas significaba no mejorar mi nivel económico y como ya tenía la ciudadanía norteamericana decidí emprender una aventura y venir sin mucha idea de qué, desde hacer un master o trabajar moviendo carros en Home Depot, que de hecho lo hice durante diez días, pero quería salir, Argentina me sofocaba bastante en o psicológico y en lo económico y en diciembre de 2011 decidí irme y en febrero ya estaba en Estados Unidos.

S: por qué terminaste en Oklahoma?

Z: Recalé en lo de mi hermana en Boulder, Colorado, ella vivía ahí hacía siete u ocho años antes, y caí ahí sin trabajo y trabajé desde Home Depot hasta una casa de pastas. Yo era boxeador en Argentina así que trabaje unas noches de "patova" también. Estuve un mes y medio haciendo de todo y medio por inercia apliqué en unos masters. Yo no tenía buen inglés, pensé que tenía un inglés bueno pero resultó ser muy malo cuando empecé a escuchar a la gente americana. Antes de irme había trabajado en un juicio grande de petróleo y me gustó mucho el área y entonces apliqué a un Master que ofrecía la universidad de Oklahoma y un par de universidades más y en marzo me acepta la Universidad de Oklahoma y apenas me aceptan me tomé un avión a la nada misma. 



Todo el mundo me decía que estaba loco, sobre todo la gente de Boulder que es una especie de valle élfico en medio de las Rocky Mountains, y me alquilé una casita muy barata, muy chiquita, con un jardín. Me fui seis meses antes de que empiece el Master pero por suerte trabajé de interprete de Español para el FBI y otros trabajos. Fui sin nada. Estaba soltero, a mi actual mujer la conocí más adelante en un viaje a Argentina. Pero me fui solo. Vendí la parte del estudio a mi socio, vendí mi departamento y fue una decisión 100% mía.

VIVIR EN OKLAHOMA

S: Te gustó lo que encontraste en Oklahoma? Dudaste estando allí de la decisión tomada?

Z: En Oklahoma pasó algo que estaba buscando hacía un montón de tiempo: tener una vida de casa. Hasta ese momento había vivido siempre en departamento. Viví en Italia y también en departamento, en Buenos Aires en departamento, en Boulder también en departamento. Creo que me fui seis meses antes a Oklahoma porque quería probar algo que venía esperando inconscientemente y espiritualmente que era una casa con jardín. El sueño del pibe que nació pateando la pelota en un balcón.

Fue muy loco porque no tenía un amigo ni nada, pero tenía mi jardín. Y en el tiempo libre que tenía, que por momentos eran muchos, me armé una huerta y estaba con la huerta todo el día. Me acuerdo que me compré un equipo de música en un "Garage Sale" por un dólar y en esa época estuve varios meses trabajando en la huerta con el equipo de música sacado afuera escuchando Pappo's Blues, escuchaba eso todo el día. Imaginate las caras de los vecinos, no entendían nada: un loco en la huerta escuchando Pappo a todo volumen. Pero a la vez eso también cayó bien dentro de mis primeros contactos que fueron los vecinos, porque Oklahoma es un estado que vive clavado en el pasado, el trabajo duro está muy bien visto, y cuando sos alguien que se nota que sos un extranjero pero sos alguien que labura 9 horas la tierra se ve bien. Así que me hice de algunos amigos que en otro contexto no me hubiera hecho, es más, se hubieran convertido en enemigos por un tema racial.
Entonces mi psicología en ese momento era dura porque yo tenía una gran vida social en Buenos Aires y ahí estaba solo con Pappo's Blues y la pala cultivando tomates. No fue tan duro, no es que extrañaba, me lo negaba y cuando sentía algo raro agarraba la pala y hacía un pozo. Lo que se diría esconder la basura debajo de la alfombra.



El tema extrañar obviamente a todos les agarra los primeros años. Es una rueda: las primeras semanas estás feliz, todo es mejor de cómo estabas, a la otra semana te acostumbrás, a la otra semana empezás a llamar a tus amigos, a tu familia casi todos los días, a la cuarta semana entrás en crisis. Yo a la crisis la tomaba con mucha cerveza y después como que renacés, estás otra semana mirando que todo es lindo y que volvés a sentir fuerza para salir adelante. Y después vuelve el ciclo todo de vuelta.

Eso me pasó durante un año y medio aproximadamente. Cada cuatro semanas tenía una crisis y salía después y volvía. Pero se va.

S: Por qué se fue?

Z: Se fue también porque empecé a tener un grupo de amigos que era una mescolanza de Argentinos y Norteamericanos, algo que me costó mucho conseguir pero me esforcé mucho por tenerlo. El Americano no se te hace amigo fácil. En mi caso yo era mucho en Buenos Aires de terminar de laburar y empezar a mensajear amigos para ver con quién me juntaba. Eso fue durísimo, fue una de las cosas que más me costó el no poder juntarme con alguien a tomar una cerveza a las 7pm. Y cuando empecé a tener conocidos, los viernes empezaba a cascotear: los viernes les mandaba mensajes, era muy raro para ellos y no me contestaba nadie, pero seguí, seguí siempre hasta que me empezaron a contestar y empecé a ir a reuniones y empecé a hacer asados. Con los asados un poco me los compré, era la pieza diferencial que busca el Yankie. El Yankie no va a ser tu amigo porque sos buen tipo. Para el Yankie es como un equipo, quiere al volante, al delantero, al defensor. Entonces piensa "este tipo qué hace?", yo logré haciendo asados hacerme de amigos Yankies. Y honestamente ahí fue que empezó a desaparecer el extrañar y a disfrutar de una vida Oklahomense que yo disfrutaba mucho.



Pero había otro detalle importante. Oklahoma es un lugar que ningún americano va ni loco salvo que le paguen mucha guita, pero a mí me encantaba y eso fue un detalle fundamental.

S: Cuándo empezaste a trabajar en Oklahoma de lo que querías?

Z: El Master lo termino en mayo de 2013 y a la semana empecé a trabajar en un estudio jurídico. Fue el primer currículum que mandé, era un estudio de Norman, ciudad en la que vivía, que hacía un poco de todo pero yo metí la el tema petróleo que el estudio no tenía ningún abogado especializado en el tema. Lo que hacía era ser un broker de derechos mineros. Obviamente también aplicaba a petroleras, pero yo tenía un currículum malo para petroleras porque era abogado pero no tenía licencias, era americano pero era argentino. Y el petróleo es una industria muy conservadora. Los tipos querían un yankie sin cosas raras. No son muy creativos. No Les gusta tomar a alguien que es raro. Y yo no entraba en ese contexto entonces lo hacía yo por mi cuenta como broker. Lo hice dos años.

S: por qué te gustaba tanto Oklahoma siendo que a nadie le gusta?

Z: Mi tema con Oklahoma es que es un estado que es muy simple, todo es simple. Si vos hacés lo que tenés que hacer te va a ir bien, y si te portás mal te va a ir mal. Por ejemplo Normal, donde vivía yo, tenía 80.000 habitantes de los cuales 10.000 eran policías, es decir, un policía cada ocho personas. Era un estado seguro pero a la vez peligroso porque la policía se aburre. Muchas veces andaba con el auto y te tenías que comer una patrulla atrás siguiéndote por varias cuadras esperando a que cometas un error para pararte. Es como una especie estado policial con sus ventajas y desventajas: ultra seguro, nunca te va a pasar nada en manos de otras personas, pero tenés que seguir las reglas al 100% porque a la primer cosa vas a la cárcel por cualquier cosa, entonces eso a mì me gustaba, no me quiero meter en un tema filosófico de que me guste el estado policial porque no es mi estadío utópico.
Después estaba el tema fauna. En Oklahoma no hay montañas, no hay nada, es como el Chaco, es verde y un estado 100% rural con gente muy genuina. El Oklahomense cuando vos no sos blanco no falsea el cariño hacia vos por un tema racial, directamente no te habla, si no le caés bien no te habla. 



Y si le caés bien es un amigo en serio. No es que quiere hacerse amigo de alguien por una cuestión racial como decimos nosotros "tengo un amigo judío entonces no soy nazi". No se cae en eso. Los amigos que vas a tener van a ser genuinos y van a hacer amigos tuyos por toda tu vida. Y los que no, jamás vas a cruzar una palabra con ellos. Ese blanco y negro me gusta.

Y además vivir en un lugar totalmente descampado, muchos pájaros, mucho verde, mucho bosque. Y también un tema económico: Oklahoma es tremendamente barato comparado con todo el resto de Estados Unidos y es casi la mitad de barato que vivir en Buenos Aires. Así que apenas empecé a trabajar con un sueldo muy bajo, me alcanzaba para absolutamente todo, todo lo que yo quería tener lo tenía con un sueldo que en Miami hago muy poco con eso. En el ínterin me caso y mi esposa también empezó a trabajar así que el tema económico nunca fue un problema a partir de que empecé a trabajar en Oklahoma.

DE OKLAHOMA A MIAMI

S: Qué pasó a los dos años que se fueron a Miami?

Z: Cayó el precio del petróleo y con mi mujer nos sentimos estancados porque en el trabajo en el que estábamos no había forma de crecer, podías hacerlo durante 50 años y nunca ibas a encontrar un desafío, era básicamente ir a trabajar, volver y vivir pero le faltaba un poco de emoción o pimienta.
Mientras estaba en Oklahoma empecé a escribir sobre petróleo en Infobae, salí algunas veces en el programa de radio de Juan Pablo Varsky y por Twitter me contacta Hernán que es un tipo que tiene una empresa de en New York que es una oficina boutique de asesoramiento a fondos de inversión. Entonces me contacta por Twitter para hacerme una pregunta específica de petróleo y al par de meses me ofrece trabajar con él como consultor en proyectos de inversión de petróleo. Como era un trabajo que podía hacer desde cualquier lado, con mi mujer hicimos algo muy gracioso: elegimos 5 ciudades: Denver, Dallas, Houston, New York y Miami. Hicimos un Excel y le pusimos un puntaje a cada tópico: empleo, precios, universidades, diversión, seguridad, etc. Y a cada tópico le asignamos un puntaje del 1 al 5. Estuvimos haciendo eso toda una noche y ganó Miami. La decisión fue absolutamente basada en data porque cada uno tenía más ganas de ir a otro lugar, pero decidimos hacerlo así y salió Miami y nos mudamos a Miami, con trabajo. Y ahí me puse a hacer este trabajo de consultoría.

Primer empezamos con algunos proyectos para Estados Unidos que se fueron cayendo porque la crisis del petróleo ya era un desastre, así que ahí me pasé a armar lo mismo pero en Latinoamérica y más enfocado en energía solar y viendo proyectos de inversión que requerían fondos en Estados Unidos, y ahí empecé a trabajar en proyectos de inversión Latinoamericanos, desde energía solar en Chile hasta petróleo en Colombia, hasta proyectos de infraestructura en Paraguay.

En Argentina habían proyectos que no se podían concretar porque estaba el cepo a los dividendos así que si una empresa Argentina quería financiarse afuera después no había forma de repagar el préstamo ni de pagar dividendos a socios del exterior. Argentina era un tapón, imposible hacer nada. Así que trabajé con muchos proyectos de Latinoamérica pero fuera de la Argentina. Para mí estuvo muy bueno porque no tenía experiencia en finanzas. Me puse a estudiar por mi cuenta y aprendí el 90% de las cosas con el trabajo mismo.

Fue todo algo muy nuevo que me sirvió muchísimo y me sirve hoy día.

S: Pero cómo es posible que a dos personas que escapan de Argentina por el agobio de su cultura terminen con una planilla que les arroja como resultado Miami?

Z: Te juro que fue 100% puntaje. Todas las ciudades tenían una buena y una mala. New York el costo de vivir ahí. Se hace muy cuesta arriba si no vas con un buen sueldo. Houston tenía el problema de la inseguridad. Denver no me acuerdo cuál era el problema pero alguno tenía, y Dallas tenía el problema del entretenimiento.
Hicimos la planilla en una noche y respetamos el resultado. Y salió Miami.
El paso a Miami fue durísimo para los dos. Los precios son otros y me deprimía un poco volver y dejar la Gran América. Acá no es que ves latinos por todos lados sino que ves turistas, lo cual es peor. Al menos el 20% de todas las ciudades a las que podíamos ir eran de población latina.

Fue muy duro porque es otra cultura. El latino acá está muy agrandado, trae vicios de otra cultura. Acá hay mucha mafia corporativa, como las cámaras comerciales en Argentina que es una cueva de mafias todas, acá hay asociaciones de todo, cualquier cosa que hagas hay una asociación que te hace pagar una licencia para un servicio que no existe, y eso está acaparado. Los trámites son más complicados. El marco regulatorio de Estados Unidos que salva a Miami del caos, está autocomplotado con caprichos de las culturas latinas. Es imposible que consigas empleados que trabajen bien, es imposible que el trámite sea simple. Se nota mucho eso, fuera de las caras que veas o los lenguajes que escuches, es un tema más genético si querés llamarlo.

S: cómo se adaptaron a la vida en Miami si es que se adaptaron?

Z: Como toda crisis después de la crisis nada puede empeorar sino que todo mejora. Pasamos momentos muy difíciles al comienzo, como para que te des una idea los primeros meses íbamos de hotel en hotel porque por una de esas reglas que tienen acá, para alquilarte tiene que aprobar una asociación de cubanos, y tenés que tener un año viviendo en Florida, sin importar si venís de otro estado de Estados Unidos, y un montón de cosas que eran terribles. Fueron meses muy muy duros que después de conseguir el departamento todo empezó a ir bien, un poco por inercia, por hacerme muy buenos amigos, y ya pasados casi dos años acá estamos bien. Estamos viviendo a tres cuadras del mar, entonces cuando viene la crisis caminás un poco y está la playa y eso ayuda mucho, si bien no soy alguien de playa, sirve. Ahora estamos más calmos, estamos bien pero siempre con inquietudes a ver cuál va a ser la nueva aventura.



TWITTER Y @Ziberial

S: te conocí en Twitter con el avatar de Menem cuando eso era provocador y políticamente incorrecto. Cuánto hay de personaje y cuánto de realidad en Ziberial?

Z: La cuenta @ziberial arranca en 2010 en la época de los blogs, yo escribía cuentos en un blog y la usaba como difusión. Y después empezó cierta adicción que a todos les pasa de escribir 1000 tuits por día y de opinar de cada cosa que te pasa por la cabeza. Así que siempre fui un ciudadano más tuiteando lo que pensaba o discutiendo o peleando. Después la cuenta tuvo varios puntos de ebullición en cuanto a seguidores. El primero fue cuando escribí LA BOLUDA DE GREENPEACE en Infobae, ahí se armó un lío grande. Después con varias salidas en la radio y ahí explotó.
Básicamente yo siempre fui yo. Ziberial nunca fue la DraPignata, siempre fui yo opinando y nunca fue una parodia. Nunca traté de ocultar mi identidad. Cualquiera que googlee podrá encontrar mi nombre.

Hasta ahora que ya son 7 años de tener la cuenta, siempre puse lo que pensaba en cada cosa. Es una cuenta que nació para provocar pero era yo provocando porque me gustaba provocar. Después se fue agrandado más, más gente se identificaba con lo que yo pensaba y también hubo un cambio de cultura en Argentina. Las cosas que yo decía dejaron de ser tan provocativas y pasaron a ser parte de lo que muchos pensaban. Siempre fui liberal y la cuenta siempre se mantuvo en esa línea, más a la derecha en algunas cosas y no tanto en otras. Me considero un ciudadano que tuitea y que mucha gente está de acuerdo conmigo.

También tuiter tiene una cosa que cuánto más seguidores tenés menos importa lo que digas porque va a tener mucha difusión. Y eso me saca un poco de libertad porque puedo tuitear una estupidez que la entienden 10 más y hay que explicársela a mil, cosa que cuando tenía pocos seguidores no pasaba. Pero digamos que no es un problema.

S: Sentís que tuiter te da poder? O que sos un "influencer"?

Z: En realidad nunca entendí mucho el poder o que tenga poder. Lo que tengo capaz es cierta canalización certera de mis pensamientos. A mí nunca nadie me ofreció tuitear por dinero. Tampoco por no dinero. Yo conozco muchos políticos que están hoy en el poder y que estaban antes y ninguno me pidió que tuitee tal cosa o lo ayude con tal otra, supongo que porque soy impredecible o no soy fácil de coordinar, lo cual me hace sentir un poco orgulloso, entonces ese poder que tengo lo uso para diseminar mis convicciones, es como un juego, hay una medida que no me gusta y digo que es una medida mala, y de repente eso tiene una difusión y eso me agrada pero siempre el beneficiario de lo que se puede llamar ese poder soy siempre yo, no le presto ese beneficio a otros. Yo soy alguien con convicciones políticas fuertes, siempre me gustó la política, y sin importar el signo político del momento tiro alguna opinión o crítica y después hay gente que la apoya o gente que no pero lo hago para satisfacer mis convicciones.

S: De qué te cuidas en Tuiter si es que te cuidás de algo?

Z: Nunca tuve problemas fuera de la esfera de Tuiter, sí tuve problemas porque por ahí tuiteo y ese que destrozo es amigo de alguien, o me pasó una vez con lo de los alacranes que hice un chiste con una familia que se fue porque no soportaba más los alacranes y no me di cuenta que esa persona era una amiga y cuando me di cuenta lo borré. Pero básicamente mis límites son cuando perjudico mucho a gente que no tiene responsabilidad. No me pongo ningún límite político pero sí a gente, con nombre y apellido. A veces se me va la mano, hablo muy mal de alguien y luego me arrepiento porque no es mi idea y entonces me voy para atrás. Y hoy tampoco me meto en paleas mano a mano con gente que tenga cuentas parecidas a la mía, antes lo hacía pero hoy no, y básicamente no lo hago más porque no me lleva a nada, no me sirve a mí demostrar que en una pelea palo a palo, quedar yo mejor que otra persona.

Pero hoy, así como fui muy crítico del Kirchnerismo en todo sentido, lo soy también con el Macrismo y no paro, y tengo amigos involucrados pero trato de mantener la línea inicial de siempre pensar lo mío y tratar de no romper mi forma de pensar o mis convicciones por ser amigo de tal o porque me caiga bien tal persona.

TENGO UN AMIGO KIRCHNERISTA

S: Conservás amigos Kirchneristas o creés que la diferencia de valores te impide mantener una amistad con ellos?

Z: Sí, tengo grandes amigos históricos que son Kirchneristas. Fue algo que siempre lo mantuve. A mí el tema del Kirchnerismo siempre lo vi como una especie de nuez vacía ideológica. Al principio era Peronismo, después Chavismo, después Stalinismo, como es el Peronismo siempre, que va siempre flotando sobre el viento hacia donde la coyuntura dice que hay que estar. Entonces yo considero a un Kirchnerista o a un Peronista como alguien muy débil de convicciones, fuera de la parte moral o la parte de aplaudir que se robe o no. Es gente muy light. No es como los Chavistas donde el Chavismo es una religión. Por suerte el Kirchnerismo nunca se convirtió en una religión entonces no estás hablando con alguien que es dogmático, entonces podés hablar con un Kirchnerista, mano a mano, sacando el circo de Tuiter, podés hablar mano a mano de cualquier cosa, no es un talibán, por lo menos lo que yo conozco.

Nunca jamás dejé de tener amigos por la ideología ni por las cuestiones de religión. En cierta forma soy humanista porque valoro cosas que hace que alguien no sea un pelotudo. Pelotudo hay de todos los signos y mi límite es ese: conozco un pelotudo y no lo veo nunca más. Cuando no sos un pelotudo y sos una persona que por la razón que fuera estás en la otra punta ideológica mía, para mi va bien y funciona y si soy amigo soy amigo.

Lo que sí perdí por Kirchneristas son parientes. Pero lo que me di cuenta es que no es que el problema no era que fueran Kirchneristas sino que eran pelotudos y como eran parientes los dejé pasar, pero el Kirchnerismo hizo que me diera cuenta que eran pelotudos y me saque de encima unos cuantos primos pelotudos. Y de mi grupo de cinco amigos más cercanos, dos de ellos son ultra Kirchneristas y los mantengo hasta hoy.

MACRISMO: CAMBIAMOS?

S: Cómo ves al gobierno de Macri?

Z: El gobierno de Macri me produce varias cosas. Lo que me gusta es el plan de obras nacional, me gusta el consenso con los gobernadores que hoy en día por primera vez tienen la participación justa o al menos no hay quejas de que sea injusta. Me gusta mucho la intención de cambiar ciertos paradigmas culturales, la Argentina viene de una experiencia populista muy extrema, algo de lo cual es muy complicado salir, no tanto por las medidas económicas que hagas, sean buenas o malas, sino por cómo hacés para cambiar la cabeza de la gente para que trabaje como en un país normal. Argentina, lamentablemente siempre fue anormal para lo malo y creo que con el Kirchnerismo se fue al extremo con eso, hay cosas muy simples, muy racionales que se entienden en todo el mundo y en Argentina no. Ese es un desafío tremendo para un gobierno que quiere cambiarlo porque no hay un manual que lo explique.

Entonces el tema obras está bien, la baja de inflación porque terminaron de emitir alocadamente está funcionando, y el tema de energías renovables es un éxito total, se están haciendo proyectos en todo el país. Y lo más importante es que veo buenas intenciones dentro de lo que se puede, cosa que antes no. De pasar de un gobierno que con un discurso popular saquearon un país. Espero con el tiempo la gente se de cuenta de lo que fueron estos 12 años. No hay nada más impune y más horrible que usar un discurso popular para saquear el país.

Entonces es un desafío inmenso, enorme. Pero a la vez yo corro al gobierno por derecha. Me parece que con el déficit fiscal de hoy día tenés que ajustar. Menem cuando hizo la reforma del estado que estaba en una situación similar reformó el estado en serio. Argentina también lo tiene que hacer esta vez. No se hace. Veo que hay una intensión de continuar con la misma estructura estatal que heredó del Kirchnerismo, lo considero un error tremendo porque es una estructura que se mantiene con endeudamiento, lo que antes se mantenía con emisión, y el problema del endeudamiento es que cuando mentenés un déficit con lo que te prestan, cuando decidan no prestarte más tenés un 2001. Entonces esa es una trampa de la cual hay que salir como sea, porque el costo por el prejuicio de ajustar va a ser siempre mucho menor al costo de cuando te implosione el país por tener 6 puntos de déficit del PBI.

Después soy muy crítico con la gestión de la Ciudad de Buenos Aires, el tema que hacen con UBER me parece una especie de capricho de algún tipo de burbuja de gente que decide sobre los temas de la ciudad.

Y también soy muy crítico de la comunicación del gobierno. Por un puente que se construye se difunde con un tuit. Y ese puente tardó 6 meses en hacerlo, hubo que buscar la financiación, se generaron empleos, beneficia a mucha gente, etc. y no se comunica para mostrar una manera de comunicación opuesta a la de Cristina. Pero eso a la larga te golpea, porque si a la gente no le decís que hiciste un puente, no sabe que hiciste un puente y cuando hay que votar para la gente no existe ningún puente. Y eso es una lástima porque lo que falta en Argentina es infraestructura y no se comunica que se está haciendo.

VOLVER A ARGENTINA

S: Empezaste esta entrevista diciendo que te fuiste a USA porque en Argentina no ibas a poder lograr tus deseos conservando tus convicciones. Ya pasaron varios años viviendo en USA y quiero saber si lograste allí encontrar eso que buscabas cuando te fuiste. Y también si volverías a vivir a Argentina.

Z: Vivir en Estados Unidos me hizo un cambio grande en la cabeza. Yo en Argentina era un abogadito con estudio propio, trabajaba con empresas y clientes y tenía mucha ambición económica, supongo que para suplir otras carencias. Pero lo que me cambió Estados Unidos fue que me anuló el tema de tener como objetivo de vida ganar más plata. Yo ahora valoro otras cosas, por ejemplo una vida tranquila con un buen ecosistema con gente que te aprecie. Entonces dejé la ambición y las metas de gran crecimiento económico que tenía antes de irme.

Entendiendo eso podría volver a Argentina pero en otro contexto. Viviría en el campo, si se puede no pisar Buenos Aires. Porque considero que Argentina es un gran país vacío y que en el interior hay un montón de cosas para hacer. Argentina es un diamante en bruto que existe en el mundo donde vos tenés un ecosistema casi perfecto y vacío. Entonces vos podés jugar al pionero del Siglo XVII, lo podés jugar en el año 2017. Me parece algo espectacular porque podés hacer lo que hacían los antiguos colonos Americanos de ir a la nada y construir de la nada.

Esa es una idea que no la tengo bien formada. Es un conjunto de emociones que confluyen por algún lado de ideas sueltas, pero es algo que me atrapa. Ir a un lugar vacío y construirlo de cero. Argentina me parece el mejor lugar del mundo para hacer eso, en Estados Unidos también hay estados donde podés hacer eso pero con más facilidades. Algunas veces en tuiter expongo esta idea. Cómo de 40 millones pueden vivir 17 en Buenos Aires y el Conurbano matándose entre todos, con inseguridad absoluta, con mil carencias, cuando tenés un país vacío con todos los recursos que existen en el mundo juntos? Y las respuestas son siempre: "bueno porque no hay clínica pública cerca, porque no hay policía..." Y es raro porque en Buenos Aires nadie va a una clínica pública y la policía no sirve para nada. Entonces es como que hay una especie de negación por aprovechar las millones de oportunidades que tiene Argentina.

Entonces dentro de mis objetivos que hoy en día son un poco lo que tuve en Oklahoma: una vida tranquila con naturaleza y sin mucho oleaje, Argentina sería un lugar ideal. Así que no descarto en varios años hacer una experiencia así. Pero 100% de vida en el campo.


S: Muchas gracias Nicolás. Un placer.

lunes, 2 de enero de 2017

Tirar la basura en la calle y todos los problemas de Argentina


Buenos Aires es una ciudad sucia. Al igual que el resto del país. 

La mitad de los argentinos no tiramos la basura en los tachos y lo hacemos en la calle. 

No es un problema de falta de tachos. Al menos en Buenos Aires hay un par por cuadra o más. 

No es un problema de clase social. Pobres, clases medias y ricos tiran la basura en la calle por igual. 

No es un problema de educación. Todos sabemos que tirar la basura en la vereda está mal. 

Y por qué tiramos la basura en la calle? No sé. No soy psicólogo. 

Cómo se soluciona? 

Está demostrado que poniendo multas carísimas que se hagan efectivas todos tiraríamos la basura en los tachos. Por ejemplo, $10.000 por tirar un envoltorio de sugus azul en la vereda. 

Y por qué no se hace?

Por los siguientes motivos:

Si algún legislador propusiera la ley saldrían las agrupaciones de izquierda a cortar todos los accesos a Buenos Aires
Página 12 sacaría artículos sobre el derecho humano de tirar papeles en la calle, C5N sacaría un informe sobre el negocio de la familia Macri con los tachos de basura, Massa en América diría que más que pensar en tachos de basura hay que pensar en el bolsillo de la gente, y en tuiter sería trendic topic el HT #MacriGato. 

Pero supongamos que con el apoyo de Pichetto y Diego Bossio a cambio de 700 mil millones de dólares para Chubut, el oficialismo logra sacar la ley y promulgarla. Entonces viene la segunda parte: 

Los agentes de contranencion ciudadana se harían los distraídos en la calle y librarían multas a 1 de cada 1000 que tiran basura en la calle. A su vez, 9 de cada 10 de esos 1 de cada 1000 propondrían una coima al agente y 9 de cada 10 agentes la aceptaría. 

Pero tenemos finalmente que de cada millón de personas que tiran basura en la calle, uno de ellos es finalmente multado. Pero tiene una instancia más, la de hablar con el juez de contravenciones. Que un poco cansado de la vida te mira y te dice: flaco, no seas boludo. Y te perdona. 

Salvo la excepción. Lo que nos daría que 1 de cada 40 millones de personas pagaría la multa. Finalmente al estado le ingresarían $10.000, pero perdió miles de millones en Chubut y las calles seguirán siendo la misma mugre. 

Conclusión: somos una mierda