jueves, 3 de diciembre de 2015

10 de diciembre. Una pena



@sershus

El 10 de diciembre de 1983 tenía 11 años. Mi papá nos llevó a mi hermano y a mí a la Plaza de Mayo a ser testigos y protagonistas de un momento histórico para el país. Celebrábamos el regreso a la democracia, el fin del período más oscuro de la Argentina y el triunfo de nuestro candidato, Raúl Alfonsin. 

El 98% (o más) de nuestros días suelen pasar al olvido y de ese 10 de diciembre conservo cientos de momentos guardados en la memoria. Uno de ellos fue el momento del ingreso a La Plaza de la nutrida columna del PJ. Las miles de personas con banderitas rojas y blancas que colmábamos la plaza nos abrimos como armando un pasillo de bienvenida, mientras ellos se adentraban con sus bombos y banderas, nosotros los aplaudimos y ellos no saludaban. Al final nos mezclamos entre todos al grito de Argentina. Era pequeño para entender racionalmente los conceptos de dictadura y democracia, pero en ese momento, sin que nadie me lo explique, conorendí la importancia de todo y nunca lo olvidé. 

32 años después, quiero ir a la plaza el próximo 10 de diciembre a celebrar la hermosa costumbre de continuar en democracia y también a saludar al candidato que voté. Pero aquellos con quienes me abracé hace 32 años ahora convocan a la resistencia en lugar de la oposición, convocan a la despedida en lugar de la celebración. No nos dicen que estamos equivocados, nos dicen que somos lo peor. No nos dicen que entendimos mal las cosas, nos dicen que somos una lacra. No nos dicen que nuestras ideas no llevan al desarrollo., nos dicen que somos garcas sin neuronas. No nos dicen felicitaciones, te veo en 4 años, nos dicen te voy a boicotear antes de asumir. 
Hablar de resistencia ante un resultado electoral es una profunda actitud antidemocrática. En muchas cosas y muy esenciales, 32 años después fuimos para atrás. Tengo sensación de que de nuevo hay que reconstruir los valores de la democracia. 

Estoy generalizando. No todos los que votaron a Scioli piensan así ni dicen esas cosas, de hecho son la minoría. Pero son los que el 10 de diciembre irán a la plaza a despedir a Cristina y a resistir. 

Una gran pena. Quería llevar a mi hija. 

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